El realismo literario supuso el fin de la
actitud subjetiva y evasora de los románticos
ante su entorno. La realidad
social, con sus problemas y sus expectativas, pasó a
ser el objeto central de
la obra literaria, de modo que la perspectiva del “yo”
romántico quedó
sustituida por la exposición impersonal y objetiva de los hechos.
En efecto, el lenguaje literario se adaptó como instrumento de representación objetiva.
El afán de objetividad hizo que apareciera un estilo sobrio, eficaz y de gran precisión.
EL NARRADOR OMNISCIENTE
Una de las posturas que puede adoptar el narrador es la de narrador omnisciente. El narrador omnisciente es aquel que lo sabe todo, que penetra en la mente de los personajes, conoce sus pensamientos y deseos. Además, sabe lo que va a ocurrir a lo largo de todo el relato.
EL ESTILO INDIRECTO
LIBRE
El estilo indirecto libre es una técnica
narrativa que consiste en reproducir el pensamiento de los personajes dentro
del discurso del narrador, sin usar frases introductorias como pensó que..., se imaginó que..., etc.
Ejemplo:
Miró
a ambos lados de la carretera. Un carro se acercaba lentamente; ¿lograría
cruzar? Lo mejor era esperar que pasara. Un hombre se detuvo a su lado. ¿Qué
edad tendría?...
|
Características generales
|
El
Realismo presentó las siguientes características:
|
•
La sociedad y sus problemas se
constituyeron en el tema central.
En el Realismo va no interesaba el mundo subjetivo del autor, sino el
entorno familiar y social de los personajes.
|
•
Los autores retrataban fielmente lo que veían.
Por eso la literatura realista presentó asuntos verosímiles, posibles
y objetivos.
|
•
En esta búsqueda de objetividad, los autores
realistas adoptaron la actitud
de un cronista que observa lo que ocurre y se esfuerza por describirlo
minuciosa \ exhaustivamente.
|
•
La descripción objetiva tenía un fin didáctico: pretendió
mostrar los
defectos de la sociedad para crear la necesidad de corregirlos.
El
género realista por excelencia fue la novela. Ello se debió principalmente a
dos razones:
|
•
Por un lado, la extensión de la novela permitía
una representación detallada y com- pleta de la realidad.
|
•
Además, la novela ofrecía la posibilidad de
presentar el mundo desde el punto de vista de un narrador omnisciente,
capacitado para abarcar desde su perspectiva todos los aspectos de la realidad.
Por
estas dos razones, la mayoría de las novelas de este período se caracterizan
por su enorme extensión y por pretender una visión totalizadora, que abarca
innume- rabies personajes, ambientes y acontecimientos.
Los novelistas intentaron reproducir la conversación común y
de todos los días. Para expresar mejor el habla coloquial,
introdujeron una nueva técnica narrativa: el estilo indirecto libre,
empleado hasta el día de hoy por los novelistas.
|
La
novela realista se cultivó, principalmente, en Francia, Rusia e Inglaterra.
|
La Novela en Francia
El
Realismo se inició en Francia con la obra de Stendhal, que ofreció en. sus
nove- las un fiel retrato de la sociedad de su época.
|
Más
adelante aparecieron también dos destacados narradores, Honoré de Balzac y
Gustave Flaubert, que representan la plenitud del Realismo francés.
|
Con
el novelista Emile Zola, el Realismo dio paso a otra tendencia
literaria:
Naturalismo, así llamado porque pretendía explicar la
naturaleza humana. Los
natu- ralistas criticaban duramente a la
sociedad industrial y mostraban en
sus obras sus aspectos más
sórdidos y hostiles.
LA NOVELA EN RUSIA
A
fines del siglo XIX, la literatura rusa aportó dos extraordinarios
novelistas: Fedor Dostoievski y León Tolstoi. También se destacó Anton Chejov, quien cultivó con
gran maestría el relato corto.
|
La
obra de estos autores se aparta de las principales características del
Realismo.
Por esta razón presenta una gran espiritualidad y un profundo sentido social.
Así
pues, la prosa rusa del siglo XIX conserva del Realismo la referencia
a la realidad
como asunto de la narración. Sin embargo, la perspectiva de los
relatos de estos
autores hace que la realidad adquiera
significados de valor
psicológico, ético y estético. Por esta razón podemos decir que la novela rusa
encarna un nuevo
sentido para el
realismo.
La novela en Inglaterra
En Inglaterra, donde ya se había producido la revolución industrial, el proletariado creció y la explotación se extendió hasta el mundo de la infancia. Esta sociedad convulsionada fue la temática de los escritores de la época. El escritor más popular del Realismo inglés fue Charles Dickens.
El teatro Realista
El teatro realista surgió después que la
novela, a fines del siglo XIX.
Los
dramas realistas desarrollaban temas de la vida cotidiana; por lo general,
sus personajes pertenecían a la burguesía, con las preocupaciones habituales
de los hombres de esa época. Los autores eran muy exigentes con los
decorados y con la escenificación, pues buscaban que éstos reflejaran fielmente
a la realidad.
Los
principales dramaturgos de este período fueron el noruego Henrik Ibsen, el
inglés Bernard Shaw, el ruso Antón Chejov y el irlandés Oscar Wilde. Sin
embargo, el conjunto de la obra de Wilde no se puede inscribir en el realismo
propiamente dicho.
ANÁLISIS
1. Asocia cada una de estas actitudes al
Romanticismo o al Realismo.
• Idealismo •
Punto de vista individual y afectivo
• Objetividad • Punto de vista social
2. ¿Por qué la novela fue el principal
género realista? ¿Qué nueva técnica aportaron los realistas a la
narrativa?
3. Analiza el siguiente fragmento del
novelista Emile Zola, el principal teorizador del Naturalismo.
Puesto
que la medicina, que era un arte, se está convirtiendo en una ciencia, ¿por
qué la literatura no ha de convertirse también en una ciencia gracias al
método experimental? (...) El novelista no es más que un escribano que no
juzga ni saca conclusiones (...); el novelista desaparece, guarda para sí sus
emociones, expone simplemente lo que ha visto. La intervención apasionada o
enternecida del escritor empequeñece la novela, velando la nitidez de sus
líneas, introduciendo un elemento extraño en los hechos, que destruye su
valor científico.
• ¿Qué aporta de nuevo el Naturalismo sobre
el Realismo?
• ¿Qué opinión te merece el paralelismo que
establece el autor francés entre el novelista y el científico? ¿Crees que es
posible lograr que la literatura sea una ciencia exacta? ¿Por qué?
|
Rojo y Negro relata la
historia de Julián Sorel, un humilde joven que aspira al sacerdocio. Tras
abandonar su pueblo, Sorel entra a trabajar a casa del alcalde de Verriéres
como preceptor de sus hijos y conoce a la esposa del alcalde, la señora
Renal. Se siente fuertemente atraído por ella y decide conquistarla.
|
Al
día siguiente, cuando encontró a la señora de
Renal, la miraba de una manera extraña,
mejor dicho, la observaba como se observa al enemigo con quien
es preciso medir sus fuerzas. Aquellas miradas, tan diferentes de la víspera,
dieron al traste con la tranquilidad de la señora de Renal Decíase ésta que
siempre había sido buena con Julián, no obstante lo cual, parecía que éste
estaba enfadado. Erale imposible separar sus miradas de las del preceptor de sus
hijos.
Gracias
a la presencia de la señora Derville, pudo Julián hablar menos y ocuparse más
en los pensamientos y proyectos que encerraba su cabeza. Aquel día no hizo
otra cosa que fortificarse con la lectura del libro inspirado en cuyas
páginas templaba su alma.
Abrevió
considerablemente las lecciones de los niños, y cuando la señora de Renal
vino a recordarle con su presencia el deber imperioso que no podía dejar de
cumplir sin mengua de su gloria, decidió que era preciso que, aquella misma
noche, la mano de su señora permaneciese entre las suyas.
La
proximidad del sol a su ocaso,
y como consecuencia, del momento decisivo, hizo latir con
violencia el corazón de Julián. Llegó la noche: con placer que le libró de un
peso enorme observó Julián que sería muy oscura. Al fin, se sentaron: la
señora de Renal entre Julián y su prima. Nuestro héroe, hondamente preocupado
por la idea de la empresa que debía intentar, no encontraba palabra que
decir. La conversación languidecía.
“¿Tan
cobarde soy, que tiemblo ante el primer enemigo con quien voy a medir mis
Juerzas?”, se decía mentalmente.
Debatiéndose
en un mar de angustias mortales, todos los peligros imaginables le parecían
nada en comparación de la situación en que se hallaba. ¡Cuántas veces deseó
con todas las fuerzas de su alma que sobreviniese un incidente cualquiera que
obligara a la señora de Renal a abandonar el jardín y retirarse a sus
habitaciones! Era demasiado brutal la violencia que Julián había de hacerse
para que no se alterase profundamente su voz. También se hizo temblorosa la
de la señora
|
de Renal al cabo de breves instantes, pero
Julián no percibió el fenómeno. El tremendo combate que su deber reñía con su
timidez le arrebataba los medios de observar nada, fuera de lo que en su
interior pasaba.
“¡'Mientras
suenen las diez, ejecutaré el proyecto que abrigo todo el día, y que me he
prometido poner en práctica esta noche, o subiré a mi cuarto y me levantaré
la tapa de los sesos!”, se dijo.
Cuando
la emoción tenía a Julián fuera de sí, sonaron las diez en el reloj del
castillo. Cada sonido de aquella campana fatal resonaba en el pecho de
Julián, y le producía vibraciones y dolores físicos.
Fiel
a su promesa, no se había extinguido el eco de la última, cuando extendió el
brazo y se apoderó de la mano de la señora de Renal, que ésta retiró en el
acto. Julián, sin saber ya lo que hacía, la asió de nuevo. No obstante su
perturbación, su extravío mental, observó que aquella mano parecía de hielo.
La mano intentó escaparse una vez más; Julián la retuvo con fuerza
convulsiva, y al fin consiguió que aquella quedase entre la suya.
Sintió
que en su alma penetraban oleadas de placer, no
porque amase a la señora de Renal, que no cabía en su corazón sentimiento tan
dulce, sino porque la realización de su
empeño había hecho cesar el suplicio atroz que lo torturaba. Creyóse obligado
a hablar, a fin de que la señora Derville no
se enterase de lo que pasaba, y su voz, entona fue sonora y vibrante. En
cambio, la de la señora de Renal reveló tanta emoción, que su prima, creyéndola
indispuesta, le indicó la conveniencia de recogerse en sus habitaciones.
Julián se dio cuenta del peligro que lo amenazaba.
“Si
la señora de Renal se retira ahora al saló) -se dijo-, vuelvo a la horrible
situación que me ha martirizado todo el día. Su mano ha permanecido demasiado
poco tiempo unida a la mía para que constituya una ventaja positiva y
durable”.
|
Henri
Beyle, conocido como Stendhal, nació en la ciudad
francesa de Grenoble en 1783. De origen burgués, manifestó
desde pequeño un temperamento inquieto y rebelde.
Estudió
teatro, desempeñó diversos cargos diplomáticos y viajó
al lado de Napoleón en sus campañas por Italia y Rusia. A su
regreso a Francia inició su carrera literaria y empezó a ganar
prestigio como escritor.
Tras
la caída del Imperio de Napoleón, Stendhal se exilió
voluntariamente en Italia y fijó su residencia en Milán, ciudad a
la que amó profundamente. Tanto, que aunque murió en París
en 1842, mandó escribir en su lápida: Henri Beyle, milanés.
Stendhal
vivió en pleno auge del Romanticismo y recibió su influencia. Sin embargo,
hoy en día es considerado uno de los iniciadores del Realismo literario.
Escribió
ensayos y libros de viajes; pero su obra más importante pertenece al género
narrativo. Sus novelas más destacadas son Rojo y Negro y La cartuja de Pama.
Las
novelas de Stendhal son un testimonio de su época y, por lo tanto, de los personajes
surgidos durante los enfrentamientos políticos y las revoluciones de los tiempos
de Napoleón. Es un mundo donde la intriga política y la ambición juegan un
papel fundamental.
Stendhal
es considerado el iniciador de la novela psicológica, pues analiza con precisión la personalidad y reacciones de sus
personajes, que aparecen cínicos, inmorales y ambiciosos para encubrir y
disimular, bajo estos defectos, la gran sensibilidad que poseen.
A
Stendhal no le interesó retratar hombres virtuosos y ejemplares, sino mostrar
seres comunes y corrientes, con vicios y virtudes. Este es el principio
fundamental del Realismo como forma literaria.
Así,
por ejemplo, el protagonista de Rojo y Negro es un joven
ambicioso que no duda en utilizar todos los recursos para triunfar. Sin
embargo, sus problemas y debilidades amorosos terminan arruinando su
carrera.
|
1. ¿Te parece que en el fragmento de la
lectura se revela una penetración en la psicología de los personajes?
Fundamenta tu respuesta con citas del texto.
2. Explica con tus propias palabras cómo se
manifiesta la personalidad de Sorel en el siguiente fragmento:
... Sintió
que en su alma penetraban oleadas de placer, no porque amase a la señora
Renal,
que no cabía en su corazón sentimiento tan dulce, sino porque la
realización de su empeño
había hecho cesar el suplicio atroz que lo
torturaba.
3. Analiza atentamente el texto y determina
si el narrador adopta o no una postura omnisciente. Justifica tu respuesta
con ejemplos.
|
Eugenia Grandet pertenece a
la serie Escenas de la vida
provinciana. Eugenia es hija del usurero Félix Grandet, dueño de una
gran fortuna. El avaro le ha ido regalando a Eugenia varias monedas de oro.
Pero ella, enamorada de su primo Carlos Grandet, le ha regalado todo su
dinero para que vaya a buscar fortuna en la India. Poco tiempo después de la
partida, el avaro le pide a su hija que le muestre el oro, resolución fatal
para Eugenia.
|
-¡Ah,
ah, hijita! -dijo él, besando a su hija en las mejillas-; ¡ya ves cuánto
trabajo por ti!... Quiero tu felicidad. Y para ser feliz hay que tener
dinero. Sin dinero, ¡naranjas de la China! Mira,
aquí tienes un
napoleón todo nuevecito; lo he hecho venir de París. Por vida de..., que no
hay aquí ni una pepita de oro. Tú eres la única que tiene oro. ¡Anda,
enséñame tu oro, hijita!
-¡Bah!
Hace mucho frío; almorcemos -respondió Eugenia.
-Bueno;
lo dejaremos para después, ¿verdad? Eso nos ayudará a digerirlo bien todo.
Ese gordiflón de des Grassins, al fin y al cabo, nos ha enviado todo esto
-continuó-. Así que comed, hijitas, hasta hartaros, que no nos cuesta un
céntimo. No se porta mal des Grassins; estoy contento de él El muy necio le
hace un favor a Carlos y encima gratis. Está arreglando a pedir de boca los
asuntos de ese pobre difunto Grandet. ¡Uuuuh, uuuuh! -dijo, con la boca
llena, después de una pausa-. Y qué bueno está esto. ¡Come esto, mujer! Esto
deja a uno alimentado para dos días.
Cuanto
más alegremente hablaba y de mejor gana comía el viejo tonelero, tanto más se
les encogía el corazón a aquellas dos mujeres. Pero la hija tenía un apoyo en
aquel trance; sacaba fuerzas de su amor
“¡Por
él, por él -decíase- sufriría mil muertes!"
Y
así
pensando lanzaba a su madre miradas radiantes de valor
-Quita
todo esto de aquí -díjole Grandet a Nanon cuando, a eso de las once, terminó
el almuerzo-, pero déjanos la mesa. Así estaremos más cómodos para ver tu
pequeño tesoro. Oyeme, Eugenia: es necesario que me des tu oro. A tu padre no
se lo negarás, ¿verdad, nenita? -ninguna de las dos mujeres abría el pico-.
Yo me he quedado sin pizca de oro. Tenía y ya no lo tengo. Yo
te devolveré seis mil francos en libras y tú las colocarás de la forma que
voy a decirte. No hay que pensar ya en la docena. Cuando yo te case, que será
pronto, te encontraré un novio que aporte la más bella docena de que nunca se
haya hablado en la provincia. Así es que escucha,
|
hijita.
Se te presenta ahora una buena ocasión; puedes colocar
ahora tus seis mil francos en valores públicos y cobrar cada
seis meses cerca de doscientos francos de intereses, sin
impuestos, ni reparaciones, ni granizo, ni helada, ni inundaciones, ni nada
de cuanto amenaza a los ingresos. ¿Te duele, acaso, desprenderte de tu oro,
hijita? Pues, aunque así fuere, tráemelo. Yo juntaré para ti monedas
de oro, holandesas, portuguesas, rupias del Gran Mogol, genovesas, y, con las
que te vaya dando en tus fiestas, de aquí a tres años habrás rehecho la mitad
de tu lindo tesorillo en oro. ¿Qué dices, hijita? Levanta la nariz. Vamos, ve
a buscarlo. En los ojos deberías besarme por decirte así los secretos y misterios
de vida y muerte para los escudos. Verdaderamente, los escudos
viven y se mueven como las personas; van y vienen, sudan y crían.
Levantóse Eugenia; pero, luego de dar unos
pasos en dirección a la puerta, volvióse bruscamente, miró a su padre a la
cara y le dijo:
-Yo no tengo ya mi oro.
-¿Que
no
tienes tu oro? -exclamó Grandet irguiéndose sobre sus corvas como
un caballo que oye disparar un cañón a diez pasos de él.
-No; ya no lo
tengo.
-Tú estás equivocada, Eugenia.
-No.
-¡Por vida de la podadera de mi padre!
Cuando el
tonelero juraba así temblaban
las vigas del techo.
-¡Dios santo! Madame se pone pálida -gritó
Nanon.
-Grandet, me vas a matar con tus iras -dijo
la pobre mujer.
-Ta..., ta..., ta..., ta..., vosotras, las
de tu familia, tenéis siete vidas. Eugenia,
¿qué has hecho de tus monedas? -clamó
abalanzándose a ella.
-Monsieur, -dijo la joven de rodillas a los
pies de madame Grandet-, mi madre está muy mala, no la mate usted.
Honoré de Balzac
Honoré
de Balzac nació en Tours, Francia, en 1799. Tuvo una
infancia y una adolescencia desdichadas. A los diecisiete años
se trasladó a París, en donde se estableció con gran estrechez
económica, pero con el anhelo de alcanzar la fama.
Vivió
dedicado a la literatura, escribiendo sin reposo y acosado
siempre por deudas y acreedores.
A
la manera de sus personajes, Honoré Balzac incorporó la
preposición “de" a su apellido, signo de distinción social en el
momento. En 1850 contrajo matrimonio con una condesa
polaca de la que se enamoró perdidamente. Desgraciadamente,
no pudo disfrutar mucho tiempo de su amor: ese mismo año, el
gran novelista falleció en París.
Honoré
de Balzac es uno de los escritores más fecundos en la historia de la literatura.
Reunió su obra narrativa bajo un solo título, La comedia humana, que debía
incluir 137 novelas, de las cuales alcanzó a publicar nada menos que 85.
Clasificó todas estas novelas en tres
grupos: Estudios y costumbres, Estudios
filosóficos y Estudios
analíticos.
Estas
tres partes de La comedia
humana están también divididas. Así, por ejemplo, la sección de Estudios y costumbres
incluye novelas agrupadas en las series Escenas de la vida parisina,
Escenas de la vida
provinciana, Escenas
de la vida política, etc.
A
través de esta gigantesca obra, Balzac pretendió explicar toda su época. El
afirmó lo siguiente:
Mi
obra debe contener todos los tipos y todas las posiciones sociales, sin que una sola situación
de la vida, un
carácter de hombre o de mujer, una manera de vivir, una profesión, un aspecto
social, un país francés, ni cualquier otra cosa referente a la infancia, a la vejez, a la edad
madura o a la política, a
la justicia o a la guerra quede olvidada.
Actualmente
Balzac es conocido como el sociólogo de la novela, pues supo caracterizar
magistralmente todos los ambientes y personajes de la sociedad francesa que
le tocó vivir.
ANÁLISIS
1. Uno de los grandes méritos de Balzac fue
su capacidad para construir, a través de unos
pocos diálogos, un personaje
consistente; es decir, un personaje al que uno puede imaginar perfectamente.
Escoge y analiza pasajes de la lectura en los que se manifieste esta
característica.
|
• ¿Por qué Balzac es llamado el sociólogo
de la novela? ¿Qué tipos humanos y qué aspecto
de la sociedad de su tiempo
quiere reflejar en esta obra?
• ¿Crees que los personajes de Eugenia Grandet son verosímiles también en nuestros
días?
Justifica tu respuesta.
|
3. ¿Qué características del Realismo están
presentes en el texto de Balzac?
Madame Bovary narra la
historia de Emma, una mujer casada con un médico muy bondadoso, pero sin
grandes ambiciones. En una desesperada búsqueda de lo que ella cree que es la
felicidad, cae en manos de Rodolfo, un hombre sin escrúpulos, quien finge
amarla para jugar con ella. Emma, engañada y entusiasmada, decide huir con
él. Pero Rodolfo no está muy convencido.
|
Al
llegar al plazo señalado para la fuga,
Rodolfo
pidió una prórroga de dos semanas, a fin de ultimar ciertos asuntos; después,
al cabo de ocho días, pidió otra de quince; luego se
fingió enfermo; tras de esto emprendió un viaje; transcurrió el mes de
agosto, y después de todos estos retrasos acordaron que la fuga tuviera lugar
irrevocablemente el lunes 4 de septiembre.
Llegó al fin el sábado, antevíspera de la
marcha.
Rodolfo se presentó por la noche antes de
la hora acostumbrada.
-¿Está
todo listo? -preguntó Emma.
-Sí.
Entonces
rodearon el jardín y fueron a sentarse cerca del terraplén, junto a la tapia.
-Estás
triste -dijo Emma.
-No,
¿por qué he de estarlo?
Y
la miraba, al decir esto, extrañamente y de
muy tierna manera.
-¿Acaso porque te vas a marchar? ¿Porque
abandonas tus afectos, tu vida? ¡Ah! Ya comprendo... Yo no tengo nada en el
mundo... Tú lo eres todo para mí. También
yo lo seré todo para ti; seré tu familia, tu patria; te cuidaré, te amaré.
-¡Qué
encantadora eres! -dijo estrechándola entre sus brazos.
-¿De veras? -preguntó ella con voluptuosa
sonrisa-. ¿Me amas? ¡Júramelo!
-¿Que si te amo? ¿Que si te amo? ¡Te adoro,
amor mío! ¡Oh! ¡Qué hermosa noche! -dijo Rodolfo.
-¡De otras como ésta gozaremos! -repuso
Emma.
Y
como hablándose a sí misma, añadió:
-Sí,
será delicioso viajar... Sin embargo, estoy triste. ¿Por qué? ¿Es el miedo a
lo desconocido?... ¿El abandono de las viejas costumbres?... ¿O más bien... ?
¡No! ¡Es el exceso de felicidad! ¡Qué débil soy! ¿No es cierto? Perdóname.
-Aún
es tiempo -exclamó Rodolfo-.
Reflexiona;
quizá te arrepientas.
-¡Jamás!
-dijo impetuosamente la de Bovary.
Y
acercándose a él:
-¿Qué
desgracia puede sobrevenirme? ¡No hay desierto, ni precipicio, ni océano que
no esté
|
dispuesta a atravesar contigo! El lazo que
nos une, a medida que más vivamos juntos, será como un abrazo cada día más
estrecho, más completo. No habrá nada -cuidados ni obstáculos- que nos turbe.
Viviremos solos el uno para el otro eternamente... Habla, respóndeme.
-iSí!... ¡Sí! -respondía, a intervalos
regulares, Rodolfo.
-¡Rodolfo! ¡Rodolfo!... ¡Oh, mi querido
Rodolfito!
Dieron las doce.
-¡Las doce! -dijo Emma-. ¡Otro día más!
¡Aún falta uno!
Rodolfo
se levantó para marcharse, y como si el gesto que hiciera fuese la señal de
la fuga, Emma, de pronto, con aire jovial dijo:
-¿Tienes los pasaportes?
-Sí.
-¿No olvidas nada?
-No.
-¿Estás seguro?
-Segurísimo.
-En el hotel de Provenza me esperarás a las
doce, ¿no es cierto? El asintió con la cabeza.
-¡Hasta mañana pues! -dijo Emma tras de una
última caricia. Y lo miró alejarse.
Rodolfo no volvía la cabeza. Corrió hacia
él, e inclinándose, a orilla del río, por entre los matorrales:
-¡Hasta mañana! -exclamó.
Rodolfo se encontraba ya en la orilla
opuesta y avanzaba por la pradera. Pasado un momento, Boulanger se detuvo, y
cuando la vio desvanecerse en la sombra, con su blanco vestido, igual a un
fantasma, fue tal su conmoción, que hubo de apoyarse en un árbol para no
caer.
-¡Qué imbécil soy! -dijo lanzando un
juramento espantoso-. Pero, ¡qué importa! ¡Ha sido una querida preciosa!
Porque, en resumidas cuentas -exclamaba gesticulando-, yo no puedo
expatriarme y cargar con una criatura.
Se decía tales cosas para afirmarse más en
sus propósitos. (...)
|
Gustave Flaubert
Gustave
Flaubert nació en Rouen, Francia, en 1821.
Fue hijo de
un médico acomodado. Gracias a eso, pudo dedicarse sin
preocupaciones a la literatura.
Estudió
Derecho en París; pero nunca ejerció la carrera
sino
que se retiró al campo para dedicarse por entero al oficio
de
escritor. No tuvo familia y vivió toda su vida alejado de la
sociedad y de los placeres mundanos.
Debido
a la severidad con que juzgaba sus propias obras,
tardó mucho tiempo en publicarlas y en ser reconocido como escritor. Muchas de ellas se publicaron
recién después de su muerte,
ocurrida en 1880.
La obra de Flaubert representa la cumbre
del Realismo francés.
Siguiendo
la tendencia del Realismo, describe los ambientes, observando y retratando
fielmente la realidad. Flaubert se sitúa en una posición objetiva, fría, de
simple narrador de los conflictos que plantea en sus novelas.
Otra
de las características de Flaubert es su estilo cuidado y perfecto. Se nota
en su prosa una verdadera preocupación estética y una búsqueda de perfección formal.
|
Su
novela más conocida es Madame
Bovary, que fue el producto de seis años de trabajo y de intensa
dedicación del autor. Entre sus obras figuran, además, Salambó y La educación sentimental.
En
esta novela, Flaubert muestra a sus personajes y las situaciones que viven con fría minuciosidad, como si fueran objetos estudiados y analizados en un
laboratorio.
Más
que una crítica social, Flaubert quería poner de manifiesto la vulgaridad y
la estupidez de la condición burguesa. Emma Bovary, por ejemplo, es una
provinciana que se cree muy culta y desprecia a su marido, a quien acusa de
mediocre. Flaubert la ridiculiza y hace que sus apasionadas fantasías
románticas resulten realmente triviales.
ANÁLISIS
1. Después de leer el texto, responde:
• ¿Qué siente Emma por Rodolfo? ¿Flaubert
ridiculiza el amor de Emma Bovary?
Justifica tu respuesta.
• ¿Cómo se relaciona la actitud de Rodolfo
con los principios burgueses del
individualismo? Justifica tu respuesta.
2. ¿El narrador se identifica o siente
simpatía por alguno de los personajes? ¿Por qué?
3. ¿Qué aspectos del Realismo se presentan
en el fragmento de Madame
Bovary?
¿Cómo contribuye la
penetración psicológica en los personajes a crear la impresión de realismo?
4. Elabora un paralelo entre el héroe
característico del Romanticismo y el personaje
de Emma. ¿En qué se asemejan?
¿En qué difieren?
|
|
Jacques
y Pecqueux trabajan juntos en la locomotora de un tren y, durante muchos
años, han sido amigos entrañables. Pecqueux tiene una novia llamada
Philoméne. Un día sorprende a su amigo con su novia.
|
Aquella
noche, Pecqueux llegó al depósito borracho. Al día siguiente que sorprendiera
a Philoméne y Jacques, volvía a montar a la máquina 608 como fogonero de
aquél sin que desde entonces aludiera en absoluto a aquello, torvo y
ensombrecido, como si no osara mirar a su jefe. Pero éste lo notaba cada vez
más y más rebelde, desobediente, gruñendo sordamente cada vez que se le
ordenaba algo. Terminaron por no hablarse absolutamente nada. Aquella chapa
movediza, aquella minúscula plataforma que los llevara antaño, tan unidos,
no era ya más que el angosto campo de pugna de su rivalidad.
Acrecido el rencor hasta convertirse en odio, iban a devorarse sobre aquellos
escasos pies cuadrados que huían a toda velocidad y de los que los hubiera
despeñado la mínima sacudida. Aquella noche, al ver borracho a Pecqueux,
Jacques desconfiaba, sabiéndolo demasiado astuto para enfadarse abstemio,
pues la bestia sólo se desencadenaba en él por el vino. El tren que debía
salir a las dieciocho lo hizo con retraso. Ya era de noche cuando cargó a los
soldados como a corderos en vagones de ganado.
Jacques
miró inmediatamente al cielo, ocultas las estrellas por una neblina de tormenta.
La noche sería obscurísima, sin que el más leve soplo agitara el aire
abrasador, y hasta el airecillo de la marcha,
siempre tan fresco, parecía tibio. En el horizonte no se veían otras luces
que el vivo chisporroteo de las señales. Subió la presión para subir la
pronunciada rampa de Harfleur a Saint- Romain. No obstante estudiarla desde
hacía ya seis semanas, no dominaba aún a la nueva máquina 608, demasiado
nueva y caprichosa, cuyos juveniles arrebatos seguían sorprendiéndole. Esta
noche la sentía particularmente reacia, fantástica, presta a embalarse por
algunos pocos pedazos de carbón de más. La lamparilla de nivel de agua sumía
la plataforma en una penumbra a la que el rojo resplandor de la boca del
hogar tomaba violácea. Apenas si distinguía a su fogonero,
y ya por dos veces sintió en sus rodillas corno dedos que trataran de
agarrarlo. Pero aquello no era sino torpezas de borracho, oyéndole corno lo
oía barbotear entre el estruendo de la
|
marcha,
mientras partía el carbón a martillazos desproporcionados, discutiéndole a la
pala. A cada minuto abría el hogar, arrojando combustible sobre la parrilla
en forma disparatada.
-¡Basta!
-gritó Jacques.
El
otro fingió no oírlo, y continuó palada tras palada, y como el maquinista le
agarrara del brazo, se volvió amenazador, metido ya en la tan buscada
disputa, enardecido por la furia siempre en aumento de la borrachera.
-iNo
me toques o te sacudo!... ¡Me gusta ir de prisa!
A
la sazón el tren corría a toda velocidad sobre la meseta que va de Bolbec a
Motteville. Debía seguir de un tirón a París sin más paradas que las fijadas
para tomar agua. La enorme masa de dieciocho vagones cargados, llenos de
ganado humano, atravesaba la negra campiña con un rumor continuo. Y aquellos
hombres a quienes arreaban a la matanza cantaban y cantaban a voz en cuello
con tal clamor, que apagaban el ruido de las ruedas.
Jacques
cerró la puerta del hogar con el pie.
Luego, maniobrando el inyector de agua, se contentó con
decirle:
-Hay
demasiado fuego... Si está borracho, duerma.
Inmediatamente
Pecqueux se puso a echar carbón furiosamente, como si quisiera hacer estallar
la máquina. Era la rebeldía, las órdenes desobedecidas, la exasperada pasión,
indiferente a todas aquellas vidas humanas. Y como el propio Jacques en
persona se hubiera agachado para tirar de la palanca del brasero, el fogonero
lo agarró bruscamente, empujándolo para tirarlo a la vía de un empellón.
-¡Canalla!
Era eso..., ¿verdad? ¡Dirías que me había caído,
miserable!
Asidos
a uno de los bordes del ténder, resbalaron unidos, continuaron forcejeando
sobre el puentecillo de chapa de palastro, cuyo bailoteo infernal no cesaba
un momento. (...)
|
EMILE ZOLA
El
novelista Emile Zola nació en París en 1840.
Al
inicio de su carrera literaria vivió serias dificultades y
estrecheces económicas que lo obligaron a ocupar una
miserable buhardilla. Decidió entonces dedicarse al periodismo,
oficio que le permitió publicar sus primeras novelas. A partir de
entonces vivió exclusivamente de su trabajo como escritor.
Participó impetuosamente en política y se solidarizó con las
protestas sociales de los obreros y trabajadores. Debido a estas
actividades debió exiliarse en Inglaterra.
Tras
conseguir el indulto regresó a su ciudad natal, donde murió
en el año 1902.
El
novelista Emile Zola es el iniciador y maestro indiscutible del Naturalismo,
pues fue el primero en propugnar la aplicación del método científico a la
creación literaria.
Así,
los personajes de Zola están siempre determinados por la herencia genética,
el ambiente que los rodea y el momento en que viven. Es decir, su conducta y
reacciones no dependen de su voluntad sino de factores externos, así como
sucede con cualquier otro fenómeno de la Naturaleza.
|
Zola
presenta entonces una visión de la vida totalmente externa, atribuyendo un
sentido fatalista a los personajes y sus conductas.
|
El
pensamiento de Zola se expresa en su obra sobre los Rougon Macquart, una
serie de veinte novelas en las que el autor analiza a una familia de
neuróticos a lo largo de tres generaciones.
Zola
buscaba probar la doctrina naturalista en sus novelas y, para ello, elegía
siempre ambientes bajos y sórdidos. Sus tema, recrean hechos duros y
desagradables, como las enfermedades hereditarias, el alcoholismo, la
prostitución y la degeneración de la persona.
|
Entre
las novelas que componen la serie de los Rougon Macquart, destacan Naná, Germinal y La bestia humana.
|
1. Ubica en el texto la siguiente frase y
explica lo que significa:
|
Jacques
desconfiaba, sabiéndolo demasiado astuto para enfadarse
abstemio, pues la
bestia sólo se desencadenaba en él por el vino.
|
2. ¿Qué aspecto de la naturaleza humana
quiere mostrar Zola en esta novela?
¿Te parece que esta manera de ver al ser
humano es propia del Naturalismo?
¿Por qué?
|
3. Comenta la actitud del narrador de esta
novela: ¿Es frío y distante?
¿Se identifica con el sentir de los personajes,
o sólo relata desde fuera lo que
ellos hacen?
|
4.
Prepara
una exposición en la que compares los principios del Naturalismo
con los del
Romanticismo.
Rodion
Raskolnikov, un joven y humilde estudiante de Derecho, acaba de asesinar a
una vieja prestamista con la intención de robarle. Además, se ve obligado a
matar a la hermana de su víctima, quien ha sido testigo del crimen. Huye sin
ser visto, pero es presa de los nervios y, ya en su casa, empieza a vivir una
verdadera pesadilla...
|
En
el primer instante pensó que se había vuelto loco. Un frío tremendo se
apoderó de él pero aquel frío provenía de la fiebre, que hacía ya rato le
había entrado en el sueño. Ahora también, de pronto, le acometió tal temblor, que
los dientes parecían ir a saltársele,
y todo su cuerpo se agitaba. Abrió la puerta y aguzó el oído:
en la casa todo estaba en profundo sueño. Atónito, miróse él y giró la mirada
por todo el cuarto y no comprendió; ¿cómo había podido, al entrar la noche
antes, no cerrar la puerta con el picaporte y echarse en el diván,
no tan sólo vestido, sino hasta con el sombrero puesto, el cual
había rodado al suelo y allí estaba caído, cerca de la almohada?
(...) Asomóse a la ventana.
Había ya luz bastante,
y en seguida procedió a examinarse toda la persona, de los pies
a la cabeza, y todo su traje; ¿no guardaría vestigios? Pero así era
imposible; temblando con los escalofríos de la fiebre, desnudóse y volvió a
repasarlo todo. Pero no había nada,
al parecer; ninguna huella: sólo en aquel sitio donde el
pantalón, por abajo, formaba un reborde y se deshilacliaba, en aquel reborde
había unas espesas manchas de sangre. Cogió un gran cuchillo plegable y cortó
aquella franja. Más, al parecer, ya
no había. De pronto recordó que el portamonedas y los objetos que sacara del
arca de la vieja, todo eso hasta entonces lo tenía
guardado en el bolsillo. ¡Hasta entonces no se había acordado de sacarlos y
esconderlos! No se había acordado de ellos,
ni siquiera cuando hacía un momento estuvo revisando el traje.
¿Cómo había sido aquello?... En un instante procedió a sacarlos y arrojarlos
encima de la mesa. Después de volcarlo allí todo y vaciar los bolsillos para
estar seguro de que no quedaba ya nada en ellos,
fue y lo llevó todo a un rincón. Allí, en
el rincón mismo, abajo, había un sitio donde colgaban jirones de papel de la
habitación; inmediatamente procedió a esconderlo todo en aquel agujero,
por debajo del papel: “¡Ya está! ¡Fuera todo y el portamonedas
también!”, pensó con alegría,
incorporándose y mirando estúpidamente al rinconcillo,
donde el agujero resaltaba ahora más. De pronto dio un
|
respingo de terror: ¡Dios mío! -murmuró
desolado-. ¿ Qué es lo que me sucede? ¿Es que esto está escondido? ¿Es que
así se esconden las cosas?
Verdaderamente,
no había contado con aquellos objetos; pensaba que todo se reducía a dinero,
así que no había dispuesto de antemano ningún sitio. "Pero ahora, ahora,
¿por qué alegrarme? -pensó-. ¿Acaso los he escondido? ¡En verdad que la razón
me abandonar Extenuado, sentóse en el diván, e
inmediatamente un temblor insufrible acometióle de nuevo. Maquinalmente tornó
su sobretodo de estudiante, de invierno, que estaba doblado encima de una
silla, que era de abrigo, aunque ya todo hecho jirones; cubrióse con él, y el
sueño y la fiebre volvieron a dominarle. Adormilóse.
A
los cinco minutos nada más volvió a levantarse de un brinco y púsose a
examinar de nuevo, atónito, su traje. “¿Cómo he podido
volver a dormirme sin haber hecho nada?” (...) “¿Será que ya empieza, que ya
está empezando la expiación? ¡Nada, nada,
eso es!” Efectivamente, los trozos del pantalón, que había
arrancado, estaban allí, tirados en el suelo, en medio del cuarto, de modo
que podía verlos el primero que entrase. -Pero ¿qué es lo que pasa?-, volvió
a exclamar corno enajenado. (...)
De
pronto recordó que también en el portamonedas había sangre. “¡Bah! Así debía
de ser, y también en el bolsillo tiene que haberla, porque me metí en él el
portamonedas húmedo!” En un instante desdobló el forro del bolsillo, y así
era: en el forro del bolsillo había huellas, manchas. "Por lo visto, no
me ha abandonado del todo la razón; por lo visto, conservo todavía
discernimiento y memoria, cuando caí en eso y lo adiviné -pensó
triunfalmente, respirando profunda y gozosamente a pleno pulmón-. Se trata,
sencillamente, de la debilidad de la fiebre. Había hecho con todo ello un
bulto, que estrujaba en la mano, y
permanecía en pie, en mitad de la habitación.
|
Fedor Dostoievski
Fedor
Dostoievski nació en Moscú en 1821. Debido a sus
actividades políticas como miembro de un grupo socialista, fue
condenado a muerte en 1849. Fue indultado cuando estaba
frente al pelotón de fusilamiento, pero desterrado a Siberia por
cuatro años. Esta terrible experiencia le originó una epilepsia
nerviosa de la que nunca se recuperó.
Tras
su liberación, colaboró en importantes revistas y
publicaciones de la época. En 1867, enfermo, roído por la
pasión del juego y perseguido por sus acreedores, Dostoievski
abandonó Rusia. Durante su permanencia en el extranjero vivió
los años más fecundos de su actividad literaria. Posteriormente
volvió a Rusia, donde reanudó su labor como periodista. Murió
en 1881.
La
vida y la obra de Fedor Dostoievski están estrechamente relacionadas, pues
sus novelas recogen algunos de los dramáticos acontecimientos que le tocó
vivir. En su obra vemos a personajes de todas las clases sociales,
atormentados y sometidos a graves y complicados problemas.
Dostoievski
escribió numerosas novelas. Las más importantes son Crimen y castigo, El jugador, El idiota y Los hermanos Karamazov.
|
Crimen y castigo es la
novela más conocida de Fedor Dostoievski. Los temas, personajes y
tratamiento del asunto de esta novela abren nuevos caminos en el arte de
narrar. Por esta razón a Dostoievski no se le puede concebir como un
realista. Esta característica es común a todos los escritores rusos de
su tiempo.
El
manejo de los recursos narrativos de este escritor supera la simple descripción: con
maestría singular logra que la intensidad de las acciones crezca de forma
rítmica, a la vez que contrapone con habilidad el humor y el horror. El
conjunto de la obra de Dostoievski ha sido considerada como de tendencia
nihilista. En este sentido, se entiende plenamente la reflexión de
Raskolnikov: estar por encima de las convenciones morales y sociales. Por
esta razón, el realismo en las obras de Dostoievski es desplazado por una
realidad emotiva que adquiere significados trascendentes.
ANÁLISIS
1. El fragmento muestra un sentimiento del
protagonista que va in
crescendo, hasta hacerse
insostenible. ¿Cuál es? Justifica tu respuesta.
a) El arrepentimiento.
b) Lá culpa y la angustia.
c) La insensibilidad.
d) La incertidumbre.
|
2. Observa que se interrumpe frecuentemente
el discurso del narrador con los pensamientos del personaje. ¿Por qué razón
Dostoievski emplea este recurso?
3. Con base en la lectura, explica de qué
manera Dostoievski se aparta de los preceptos del Realismo.
Natacha
es una bella joven de la aristocracia que conoció al príncipe Andrei
Bolkonski en un baile y se enamoró perdidamente de él. El príncipe parece
sentir lo mismo por ella, pero la muchacha está inquieta por su súbita
desaparición. Natacha hace serios esfuerzos por olvidarlo. Pero un día, el
príncipe aparece en su casa.
|
La
puerta de la entrada se abrió y alguien preguntó si estaban en casa. Se
oyeron unos pasos; Natacha se miraba al espejo, pero ya no se veía. Escuchaba los
ruidos del vestíbulo. Cuando se vio en el espejo, su rostro estaba pálido.
Era el Natacha lo sabía con toda certeza, a pesar de que apenas oyera su voz
detrás de las puertas cerradas. Pálida y asustada, corrió al salón.
-Mamá,
ha llegado Bolkonski -dijo-. Mamá, es horrible, es insoportable. No
quiero sufrir ¿Qué debo hacer?
La
condesa no tuvo tiempo de contestar, cuando ya el príncipe Andrei, con el
semblante serio e inquieto, entró en el salón. En cuanto vio a Natacha, su
rostro resplandeció. Besó la mano a la condesa y a Natacha y tomó asiento
junto al diván.
-Hace
mucho que no hemos tenido el gusto... -empezó la condesa.
Pero
el príncipe Andrei la interrumpió contestándole, y, al parecer, dándose prisa
en decir lo que debía.
-No
he venido a verlas a ustedes en lodo este tiempo porque fui a visitar a mi
padre; tenía que hablar con él de un asunto muy importante. He vuelto anoche
-explicó, mirando a Natacha-. Necesito hablar con usted, condesa. La condesa
suspiró profundamente y bajó la vista.
-Estoy
a su disposición- pronunció.
Natacha
sabía que debía marcharse, pero no era capaz de hacerlo. Algo le apretaba la
garganta y permaneció mirando al príncipe Andrei con los ojos muy abiertos,
de un modo descortés.
“¿Ahora
mismo, en seguida... ? No puede ser”, pensó.
-Vete,
Natacha; te llamaré después -dijo la condesa.
La
muchacha miró al príncipe Andrei y a su madre con expresión asustada y
suplicante y abandonó la estancia.
-Condesa,
he venido a pedir la mano de su hija -pronunció el príncipe Andrei. El rostro
de la condesa se cubrió de rubor, pero no contestó.
-Su
proposición... -dijo al fin gravemente, mientras el príncipe Andrei callaba,
mirándola a
|
los ojos-, su proposición... -añadió
turbándose- nos es agradable y... la acepto; estoy contenta; espero... que mi
marido..., pero eso depende de ella misma...
-Hablaré
con ella cuando tenga el consentimiento de usted. ¿Me le concede?
-preguntó el príncipe Andrei.
-Sí-
replicó la condesa, tendiéndole
la mano.
Voy a llamar a Natacha- dijo la condesa,
saliendo de la habitación. Soma le
dijo que Natacha había ido a su dormitorio. Estaba sentada sobre la cama;
pálida y con los ojos secos miraba el icono, y persignándose, murmuraba algo. Al ver a su madre, saltó de la cama y corrió hacia
ella.
-¿Qué
hay, mamá...? ¿Qué
hay?
-Ve, ve a verlo. Ha pedido tu mano
-replicó la condesa con frialdad, según le pareció a Natacha- \ Ve, ve
-añadió, suspirando con tono triste y lleno de reproche, en pos de su hija,
que iba corriendo.
Natacha no recordaba después cómo había
entrado en el salón; al cruzar la puerta y ver al principe Andrei, se detuvo.
"¿Es posible que ese hombre extraño pueda ser ahora todo para mí?",
se preguntó, contestándose inmediatamente: “Sí, lo es todo. Me resulta ahora
más preciado que nada en el mundo".
-Me
he enamorado de usted desde el primer momento que la vi. ¿Puedo esperar...?
La
expresión grave y apasionada del semblante | de Natacha le sorprendió. Parecía
decir: “¿Por qué preguntarlo? ¿Para qué hablar cuando no se puede expresar
con palabras lo que se siente?”.
El
príncipe Andrei le estrechaba las manos mirándola a los ojos, pero no
encontraba en su alma su antiguo amor por ella. De pronto algo había cambiado
en él; no existía ya el antiguo encanto poético y misterioso del deseo, sino
una compasión hacia su debilidad de mujer, de niña, miedo ante su ternura y su
confianza y la conciencia, penosa y alegre a la vez, del deber que lo ligaba
para siempre a ella. Su sentimiento actual sin ser ya tan puro ni tan poético
como antes, era más intenso y más profundo.
LEÓN TOLSTOI
El
novelista León Tolstoi nació en 1828 en lasnaia Poliana,
Rusia. Fue hijo de una familia noble. Realizó estudios en
Francia, Suiza y Alemania, pero los abandonó para dedicarse al
oficio de granjero en las tierras de su familia. Allí desarrolló
también sus actividades literarias y se dedicó a luchar por los
derechos de los campesinos rusos.
Después
de los cincuenta años, obsesionado por cuestiones
morales y sociales, se convirtió al cristianismo y renunció a casi todos sus bienes personales. Se dedicó entonces a propagar sus ideas religiosas y a atacar a la iglesia ortodoxa rusa, que finalmente lo excomulgó. En 1910 escapó de su casa debido a serias desavenencias familiares. Murió durante la huida, en una estación de ferrocarril.
León
Tolstoi es uno de los más importantes narradores rusos. En todas sus novelas
puso de manifiesto un profundo sentido social y una reflexiva y crítica
visión de la sociedad aristocrática de su época. Sus personajes son
profundamente humanos, enfrentados a difíciles decisiones en las que se
cuestionan sus principios éticos y morales. El narrador con frecuencia logra
presentar sus más íntimos conflictos con una sutileza difícil de lograr. En
este sentido, Tolstoi es fiel a un principio enunciado por él mismo: la primera condición de la
popularidad de un autor... es el amor con el que trata a todos sus personajes.
|
El
realismo de Tolstoi y la emotividad con que retrata a sus personajes ha fascinado
siempre a los cineastas que han llevado a la pantalla sus dos mejores y más
famosas novelas: Ana
Karenina y Guerra y
paz.
Ana Karenina es un fiel
retrato de la sociedad aristocrática de su época a través de la historia de
dos parejas: una legítima, dulce y tranquila y la otra ilegal, escandalosa y
apasionada. Guerra y paz
narra los avatares de diversos personajes durante la guerra del pueblo ruso
contra los ejércitos napoleónicos.
Más
allá del interés que puede despertar el argumento de las novelas, se
encuentra la forma como el narrador en la obra de Tolstoi logra separarse de
la descripción objetiva y fría, para llevar al lector a compartir las
inquietudes fundamentales de los personajes. Este rasgo aparta a Tolstoi de
la concepción realista. El fin último de la creación literaria es, para
Tolstoi el siguiente: la meta
del artista no es resolver un problema de forma irrefutable, sino hacernos
amar la vida en todas sus manifestaciones.
ANÁLISIS
1. Analiza el último párrafo de la lectura.
Explica el sentido que tiene la transformación
del sentimiento amoroso del
príncipe.
2. Los personajes de Tolstoi atrapan
fácilmente el interés del lector, puesto que el
narrador nos los revela en
sus verdaderos sentimientos, con gran sencillez y sutileza.
Indica cuatro
rasgos de carácter de los tres personajes que aparecen en este fragmento.
Luego señala qué partes del texto revelan estos rasgos.
|
|
|
Es
una clara tarde de invierno. La fuente helada cubre de fina escarcha plateada
el cabello que cae sobre las sienes de Nadeñka, que va cogida de mi brazo, y
el vello de su labio superior. Nos encontramos en la cima de una alta
montaña, y desde nuestros pies a la tierra se extiende una pendiente superficie
en la que el sol se mira como en un espejo. A nuestro lado hay un pequeño
trineo tapizado de paño rojo vivo.
-¡Bajemos
en trineo, Nadejda Petrovna! ¡Se lo
suplico!... ¡Siquiera una vez!...
¡Sólo una vez!... ¡Le aseguro que saldremos de él sanos y salvos!
Por
fin, Nadeñka cede. Su cara me dice que accede a arriesgar
su vida. La ayudo a sentarse,
pálida y temblorosa, en el trineo; la rodeo con el brazo y,
juntos, nos precipitamos al abismo.
El
trineo vuela corno una bala, y el aire, que la velocidad hace cortante,
nos azota la cara, ruge, silba en nuestros oídos,
nos desgarra y pellizca haciéndonos daño por pura malignidad.
Diríase que pretende arrancarnos la cabeza de los hombros.
La violencia del viento nos impide respirar, y
parece que el mismo diablo nos ha apresado entre sus garras y con un rugido
nos arrastra al infierno. Todo cuanto nos rodea se ha convertido en una larga
y vertiginosa cinta... ¡Un instante más y pereceremos!
-¡La
amo, Nadia! -digo a media voz.
El
trineo ahora corre cada vez más despacio y el rugido del viento y el zumbido
de los patines son ya menos terribles,
la respiración no se entrecorta y ¡al fin llegarnos!
Nadia
está más muerta que viva: pálida y apenas sin aliento... La ayudo a
levantarse.
-¡Por
nada del mundo volvería a bajar!
-dice, mirándome con ojos muy abiertos,
llenos de espanto-; ¡por nada del mundo! ¡He estado a punto de
morirme!
Poco
después, ya recobrado el equilibrio, me mira
con una interrogación en los ojos. ¿Fui yo el que dijo aquellas palabras o se
le figuró tan sólo oírlas en el ruido y el torbellino?... Estoy a su lado,
fumo y me miro atentamente un guante. Le doy mi brazo y durante
largo rato paseamos por la falda de la montaña,
pero el enigma es indudable que la tiene intranquila. ¿Se
pronunciaron aquellas palabras..., ¿sí o no?... ¿Sí
o no?...
|
¡Oh,
qué juego de expresiones en el amable rostro!... La veo luchar consigo
misma..., quiere preguntarme algo y no encuentra las palabras...
Está tensa, temerosa y la alegría le impide
hablar...
-¿Sabe
una cosa ? -dice de pronto, sin mirarme.
-¿Qué?
-pregunto yo.
-¡Que
podríamos bajar otra vez! (...)
Desde
aquel día, Nadeñka y yo comenzamos a ir diariamente a la pista de patinaje,
y siempre que bajamos en el trineo pronuncio a media voz las
mismas palabras:
-¡La
amo, Nadia!
Pronto,
del mismo modo que llega uno a habituarse al vino o a la morfina y no puede
vivir sin ellos, se habitúa Nadeñka a aquella frase.
Cierto que el volar montaña abajo sigue
dándole mucho miedo; pero ahora ese miedo y ese peligro prestan un encanto
especial a unas palabras de amor que continúan representando un enigma que le
tortura el alma. Los sospechosos somos el viento y yo... ¿Cuál de los dos
declara su amor?,.. No lo sabe; pero, al parecer, le
es indiferente no saberlo. Lo de menos es el recipiente en que bebemos; lo
esencial es estar borracho.
Una
vez, llegado el mediodía, fui solo a la pista. Mezclado entre la gente vi a
Nadeñka dirigirse a la montaña,
buscándome con la vista. Luego la vi subir tímidamente por la
escalera... ¡Le da mucho miedo bajar sola!...
¡Oh, cuánto miedo tiene!... Está pálida como la nieve,
tiembla, y su paso es el
del que va al martirio, aunque avanza decidida, sin volver la cabeza. Ha
resuelto probar, averiguar si las asombrosas y dulces
palabras se oyen también cuando yo no estoy. La veo cómo, pálida y con la
boca abierta por el espanto, cerrando los ojos y despidiéndose de la tiara
para siempre, se sienta sobre el trineo y se lanza
montaña abajo...
"¡Uuuuuuu!"
zumban los patines.
No
sé si Nadeñka ha oído aquellas palabras...
La veo solamente salir sin fuerzas del trineo...,
débil, muy débil... Se lee en su cara que ella misma no sabe si
ha oído algo o no.
El
miedo sufrido durante la bajada la ha privado de la capacidad de percibir, de
distinguir los sonidos y de comprender. (...)
|
Anton Chejov
Anton Chejov nació en Taganrog, Rusia, en
1860.
Fue
hijo de un modesto comerciante y debió realizar verdaderos
esfuerzos para poder estudiar medicina. Para ganar algo de
dinero durante su época de estudiante, publicaba pequeños
relatos de humor en algunas revistas.
Sus
textos tuvieron un éxito enorme. Más adelante, su profesión
de médico lo llevó a conocer de cerca los sufrimientos de la
gente de pueblo y a plasmar estas terribles experiencias en sus
obras. Por último, a los treinta años, abandonó la medicina para
dedicarse por completo a la literatura.
Falleció en el año de 1904.
Junto
a los dos grandes novelistas rusos Dostoievski y Tolstoi, Chejov destaca como
autor de relatos breves en su extensión, pero inolvidables por su profundo
lirismo. En sus relatos, Chejov extrae principios esenciales de la condición
humana a partir de sucesos de poca importancia; además, elimina todas las
circunstancias y personajes secundarios para concentrar la fuerza expresiva
del relato.
Su estilo conciso se ajusta perfectamente al
relato corto, género que fue adquiriendo cada vez más fama y que actualmente
tiene incontables seguidores.
|
Las
piezas dramáticas de Chejov son obras con muy poca acción, que reflejan en la
escena diversas situaciones de la vida cotidiana.
De
esta manera, Chejov rompió con las obras dramáticas truculentas, de personajes
en situaciones desesperadas, que estaban de moda en el teatro de aquella
época.
Lo
más valioso de la obra dramática de Chejov es el minucioso estudio de los caracteres
de los personajes -que son gente común y corriente- A partir de este
estudio, logra que los personajes revelen, a través del diálogo, las pequeñas
sutilezas de su espíritu y la forma como sienten los acontecimientos que
viven. De esta manera, abandona la tendencia descriptivista del Realismo,
para centrar su atención en la percepción individual y en la forma como ésta
se manifiesta en las acciones del individuo.
Al
igual que Dostoievski y Tolstoi, la obra de Chejov se aparta de los
principios realistas en función de una subjetividad moderada y sugerente.
|
ANÁLISIS
1. ¿Cómo se revelan los sentimientos y
emociones de los personajes del cuento
Una bromita en el episodio del trineo?
|
2. Analiza y explica la forma como el
narrador compone los elementos de la historia
de tal manera que la tensión
del episodio del trineo crece paulatinamente.
|
3. Explica la forma como el narrador
describe los personajes. ¿Cuál de ellos se
presenta de forma más clara? ¿Por
qué?
|
4. El episodio del trineo es descrito con
suma sencillez. ¿En qué aspectos la
descripción se aparta de los principios
del Realismo? Justifica tu respuesta.
|
David
Copperfield, huérfano de padre, vive con su madre y con su padrastro, quien
nunca lo ha querido. Poco antes de cumplir los nueve años, David es enviado
por
su padrastro a estudiar en un internado de Londres. En el camino hacia el
internado
se detiene a comer en una posada. El camarero le avisa que su
comida está servida.
-¡Ea,
hombrecito! ¡Acercaos!
Le
di las gracias, y me senté a la mesa; pero me resultó extraordinariamente
difícil manejar mi cuchillo y tenedor con un poco de destreza, o no
salpicarme de salsa, mientras él permaneciese en pie frente a mí, mirándome
fijamente y haciéndome sonrojar de un modo terrible cada vez que nuestras
miradas se encontraban. Cuando vio que yo acometía a la segunda chuleta,
dijo:
-Hay
media pinta de cerveza para vos. ¿Os la sirco ahora ?
Le
di las gracias y le contesté que sí El entonces la escanció desde el jarro en
un gran vaso y puso éste a contraluz para resaltar su belleza, diciendo:
-¡Por
vida mía, que parece mucho! ¿No es cierto?
Parece
mucho, en efecto -contesté sonriente, porque me resultaba agradable el que se
mostrase tan simpático. Era un hombre de ojos chispeantes, cara granujienta y
pelo en punta; viéndolo con un brazo en jarras, manteniendo con la otra mano
el vaso a la luz, producía una impresión perfectamente amistosa.
-Ayer pasó por aquí un caballero corpulento
que se llamaba Topsawyer -dijo-. ¿Lo conocéis acaso?
-No
-contesté-: creo que no.
-Un
caballero con briches y polainas, sombrero de ala ancha, chaqueta gris,
bufanda jaspeada -dijo el camarero.
-No
-dije vergonzosamente-, no tengo el gusto.
-Llegó
-dijo el camarero mirando la luz a través del vaso de cristal-, pidió un vaso
de esta cerveza... mandó que se le sirviese...: yo
le dije que no bebiera...; la bebió y cayó muerto... Era demasiado añeja para
él. La verdad es que yo no hubiera debido servírsela. Pero, veamos -dijo el
camarero, sin dejar de mirar la luz a través del vaso, cerrando uno de los
ojos-, aquí no les gusta que se pidan las cosas y no se tomen. Es cosa que
los ofende. Pero, si lo queréis, yo beberé la cerveza. Estoy acostumbrado a
ella, y la costumbre lo es todo. No creo que a mí me haga daño si echo mi
cabeza hacia atrás y la bebo rápidamente. ¿Debo hacerlo?
|
Le
contesté que le quedaría muy agradecido si la bebía, siempre que él creyese
que podía hacerlo sin peligro; pero
que, en caso contrario, no la bebiese de ningún modo. Confieso que cuando
echó su cabeza hacia atrás y se la bebió de golpe experimenté un miedo
horrible de que le ocurriese igual desgracia que al llorado señor Topsawyer y
que se desplomase sin vida sobre la alfombra. Pero no le hizo daño alguno. Al
contrario, pareció mucho más vivaracho después de haber bebido la cerveza.
-¿Qué
es lo que tenemos ahí? -dijo, metiendo un tenedor en mi fuente-. ¿No serán
chuletas?
-Chuletas
son -dije.
-¡Bendito sea Dios! -exclamó-. Ignoraba que
fuesen chuletas. Son precisamente las chuletas lo más indicado para
contrarrestar los malos efectos de esa cerveza. ¿No es verdadera suerte la
mía?
Agarró,
pues, una chuleta por el hueso con una mano y una patata con la otra,
comiéndosela con muy buen apetito y con extraordinaria satisfacción \ mía. A
continuación, echó mano a otra chuleta y a otra patata, y después de
comérselas, hizo lo mismo con otra chuleta y otra patata. Una vez que se las
comió, me trajo un budín, lo colocó delante de mí y pareció quedarse
ensimismado durante algunos momentos, rumiando una idea.
-¿Cómo
está el pastel? -preguntó, saliendo de su ensimismamiento.
-Es
un budín- le contesté.
-¡Budín!
-exclamó-. ¿Pero cómo? ¡Es un budín, en efecto! -dijo mirando de más cerca-.
¿Queréis decir que es un budín de pasta batida?
-Eso
es precisamente.
-Pero
¿cómo? ¡Si el budín que yo prefiero es precisamente el de pasta batida!
-exclamó, empuñando una cuchara-. ¿Seré hombre afortunado? Ea, pequeño,
veamos quién come con mayor
apetito.
Desde
luego que fue el camarero quien se comió la parte mayor. Creo que no he
visto a nadie comer un budín con tanto deleite; y, una vez que el budín desapareció, se echó a reír y
siguió como saboreando
lo que había comido. (...)
|
Charles Dickens
Nació
en Portsmouth, Inglaterra, en 1812. Su padre perdió
todos sus bienes y fue encarcelado por deudas cuando Charles
era todavía muy pequeño. Fue así que, a los diez años de edad,
Dickens entró a trabajar en una fábrica para ayudar
económicamente a su familia. Esta experiencia marcó su vida y
su obra literaria.
Años
más tarde, trabajó como ayudante de un abogado y
empezó su actividad literaria. Tras la publicación de sus
primeras novelas, se hizo famoso y logró vivir con holgura
económica. Viajó por Norteamérica y pronto alcanzó también el
éxito en esas tierras.
Murió en Gadshill, Inglaterra, en 1870.
La
primera obra importante de Dickens, Papeles postumos del Club Pickwick,
es una serie de historietas que, con mucho humor, critican a la sociedad y a
las costumbres inglesas. Escribió además otros relatos breves entre los que
destacan sus Cuentos de
Navidad, una de las piezas más conocidas de la literatura infantil. A
partir de 1837, Dickens se acerca al Realismo a través de la novela social,
preocupándose por la vida y el destino de las personas humildes de los
barrios londinenses y, en particular, los niños. Publica entonces Oliver Twist y David Copperfield,
dos novelas que contienen numerosos elementos realistas. Ambas fueron muy
leídas en su tiempo.
|
La
obra de Charles Dickens se distingue por dos rasgos principales: la viveza de
su estilo y el humorismo bondadoso.
Por
un lado, cautiva a sus lectores con su incomparable poder para dar vida a los
personajes y ambientes. Por otro, el narrador muestra claramente la emoción y
ternura que siente ante los personajes. Su bondad lo hace reaccionar con
humor, y no con amargura.
La
escritura de Dickens se caracteriza por su vigor poético y por su
compleja evolución. En el conjunto de su obra siempre se conserva una agudeza de visión como narrador y
como creador de personajes. En este sentido, la obra de Dickens plantea
siempre al lector una pregunta fundamental: ¿cómo saben los hombres quiénes
son?
ANÁLISIS
1. Basándote en lo que has leído, ¿cómo
definirías a David Copperfield como personaje? ¿De qué manera el narrador nos
revela su condición?
2. ¿Qué rasgos de los personajes del
fragmento de la lectura se exageran? ¿Qué efecto se logra con este recurso?
3. Comenta de qué manera los siguientes elementos
del relato logran establecer una profunda relación entre el lector y los
personajes:
• La narración en primera persona.
• La percepción del protagonista.
• La presentación de personajes
humorísticos en roles antagónicos con el protagonista.
La importancia de llamarse Ernesto
La
siguiente escena se desarrolla una tarde en casa del joven Algernon, uno de
los protagonistas de esta historia. Allí se produce un encuentro entre su
amigo Jack Whorting -que se hace llamar Ernesto- y Gwendolen, prima de
Algernon.
|
|
Jack.-
Hace un día encantador, miss Fairfax. Gwendolen.- Le mego que no me hable del tiempo,
mister Worthing Siempre que la gente me habla del tiempo me
parece que quieren decir otra cosa.
Y eso me pone nerviosa.
Jack.-
Yo quiero decir otra cosa.
Gwendolen.-
Eso pensé yo, y no suelo equivocarme.
Jack.
- Me aprovecharé de la ausencia temporal de lady Bracknell...
Gwendolen.- Debo advertirle que mamá
tiene Ja costumbre de entrar de repente en las habitaciones,
hasta tal punto que a veces me he visto obligada a hacérselo
notar.
Jack.-
(Nerviosamente). Miss Fairfax, desde que la vi por primera vez
la admiré más que a cualquier otra muchacha...
Desde que la conocí...
La conocí...
Gwendolen.-
Sí, estoy completamente segura de eso. Y muchas veces he deseado que me lo demostrara,
al menos en público. Usted siempre ha ejercido sobre mí una gran fascinación.
Aun antes de conocerlo ya no me era indiferente.
(Jack la mira asombrado). Vivimos,
corno usted debe de saber, mister
Worthing en una época de ideales. Eso lo dicen constantemente las revistas
mensuales más caras, y según creo ha llegado a saberse
hasta en provincias. Pues bien: mi ideal fue siempre enamorarme de alguien
que se llamara Ernesto.
En el momento en que Algernon me dijo que
tenía un amigo llamado Ernesto,
supe que estaba predestinada a arriarlo.
Jack.-
¿Me ama realmente, Gwendolen? Gwendolen.- ¡Con pasión!
Jack.-
¡Querida mía! No sabe lo feliz que me hace.
Gwendolen.-
¡Mi Ernesto!
Jack.
- Pero ¿quiere decir que no me amaría si mi nombre no fuera Ernesto?
Gwendolen.-
Pero su nombre es Ernesto.
Jack.
- Sí, lo sé. Pero suponiendo que fuera otro cualquiera ¿no me amaría
entonces?
Gwendolen.-
(En tono voluble). ¡Ah! Eso es una especulación metafísica, y
como la mayoría de las especulaciones metafísicas, tiene muy poco que ver con
los hechos de la vida real.
|
Jack.-
Personalmente, vida mía,
puedo decir que no me preocupa llamarme Ernesto...
No creo que
sea un nombre que me siente muy bien. Gwendolen.- Le sienta perfectamente. Es un nombre
divino. Tiene música propia. Produce vibraciones.
Jack.-
Bueno, Gwendolen, creo realmente que hay muchos otros nombres bonitos. Creo que
Jack, por ejemplo, un nombre encantador.
Gwendolen.-
¿Jack?... No; Jack es un nombre con poca música,
si es que tiene
alguna. No conmueve. No produce absolutamente ninguna vibración...
He conocido a varios
Jack, y todos,
sin excepción, eran
más feos de lo usual. Además,
Jack el nombre
familiar de John, y es común entre los criados. Compadezco a
la mujer que se con un hombre llamado John. Probablemente
nunca podrá conocer el extraordinario placer de un momento de soledad.
Realmente, el único nombre que ofrece seguridad es Ernesto.
Jack.-
Gwendolen, debo bautizarme inmediatamente... Quiero decir que debemos
casarnos inmediatamente. No hay tiempo que perder.
Gwendolen.- ¿Casarnos, mister Worthing?
Jack.-
(Atónito). Bueno...,
eso creo. Sabe que la amo, y usted me ha hecho creer que no le soy
absolutamente indiferente.
Gwendolen.- Lo adoro. Pero usted aún no se ha
declarado. No hemos hablado nada de matrimonio. El tema todavía no ha sido
tocado.
Jack.-
Bueno... ¿Puedo declararme ahora? Gwendolen.- Creo que sería una admirable oportunidad.
Y para evitarle cualquier posible desencanto, mister Worthing, creo que debo
decirle francamente que estoy completamente decidida a decirle que sí.
Jack.-
¡Gwendolen!
Gwendolen.- Sí, mister Worthing, ¿qué tiene usted que
decirme?
Jack.
- Usted sabe lo que tengo que decirle. Gwendolen.- Sí, pero usted no lo ha dicho.
Jack.-
Gwendolen, ¿quiere usted casarse conmigo?
OSCAR WILDE
|
Oscar
Wilde, poeta, narrador y dramaturgo irlandés, nació en
Dublín en 1854. Desde que era un estudiante destacó por su
viva inteligencia y la agudeza de sus opiniones.
A
pesar de pertenecer al periodo realista, muchos de los rasgos
de su personalidad nos recuerdan al hombre romántico. Era
excéntrico e individualista. Llevaba una vida mundana y se
paseaba por los salones de Inglaterra y Francia escandalizando
a la sociedad conservadora de su tiempo.
Finalmente,
fue condenado por inmoralidad y desterrado a
Francia, donde murió en el año 1900.
Oscar
Wilde fue un autor versátil: escribió poesía, narraciones y teatro. En los
tres géneros expresa la mentalidad conflictiva y crítica del hombre del fin
de siglo.
Era
ante todo un esteta; es decir, un amante y buscador de la belleza. Expuso
esta actitud en su famosa novela El retrato de Dorian Gray,
donde narra la historia de un hombre que se niega a envejecer y que logra
mantenerse joven y hermoso mediante un fantástico recurso. Escribió también
cuentos para niños como El
príncipe feliz y El
gigante egoísta.
La
obra de Wilde no puede enmarcarse en el Realismo aunque vivió en la época de
este movimiento. La búsqueda personalísima de Wilde en pos de la belleza y de
la trascendencia en la escritura son aspectos que lo alejan por completo de
la tendencia realista.
El
realismo en la obra de Wilde es simplemente un recurso expresivo, es la
base para lograr un efecto irónico en relación con los personajes y los
acontecimientos que se desarrollan en sus escritos.
|
En
las comedias de Oscar Wilde se presenta una ingeniosa y divertida ironía
sobre la sociedad aristocrática de su tiempo. El recurso fundamental para
lograr ese pro- pósito es la parodia, cuando no la ridiculización de los
personajes.
Sus
comedias más famosas son El abanico de lady Windermere y La
importancia de llamarse Ernesto. En
esta última, Wilde logra presentar la condición esencial de la burguesía de
su época: la estupidez y la falta de ingenio.
ANÁLISIS
1. ¿Qué elementos del fragmento de la
lectura nos presentan un visión irónica de los personajes?
2. ¿Qué características de la burguesía del
siglo XIX se ridiculizan en ese pasaje?
3. Uno de los procedimientos para lograr un
efecto irónico es el de la contraposición. Así, una situación aparentemente
seria, provoca risa. Identifica los aspectos que se contraponen en el
fragmento de la lectura. Explica por qué se convierten en elementos irónicos.
4. Explica el sentido amplio de la siguiente
frase:
Vivimos,
como usted debe de saber, mister Worthing, en una época de ideales. Eso lo
dicen constantemente las revistas mensuales más caras.
Nora.-
Llevamos ocho años casados. ¿No se le ocurre que hoy es la primera vez que tú
y yo,
marido y mujer,
hablamos con seriedad?
Helmer.
¿Qué quieres decir?
Nora.-
Ocho años...; mas todavía: desde que nos conocimos, no hemos tenido una sola
conversación seria.
Helmer.-
¿Es que, acaso, debía
yo hacerte confidente de mis preocupaciones, que tú, al fin y al cabo, no podías ayudarme a
resolver?
Nora.-
No hablo de preocupaciones. Te estoy diciendo que nunca hemos hablado
seriamente, que nunca hemos intentado profundizar juntos el fondo de las
cosas.
Helmer.-
Pero, querida Nora, ¿es
que eso te hubiera interesado?
Nora.-
De eso se trata, precisamente,
Tu no me has comprendido nunca. Se han cometido muchos errores conmigo,
TorvaIdo. Primeramente, por parte de papá, y después, por parte tuya.
Helmer.-
¿Cómo?... ¿Por parte de nosotros dos..., nosotros, que le hemos querido más que nadie?
Nora.- (Haciendo un gesto negativo con la cabeza). Nunca
me quisisteis. Os residí aba divertido estar encaprichados por mí; nada más. Helmer.
Pero, Nora, ¿qué palabras son ésas? Nora.- La pura verdad, TorvaIdo.
Cuando vivía con papá, él me manifestaba todas sus ideas, y yo las seguía. Si tenía otras
diferentes, me guardaba muy bien de decirlo, porque no le hubiese gustado. Me
llamaba su muñequita, y jugaba conmigo exactamente como yo con mis muñecas.
Después vine a esta casa contigo...
Helmer.-
¿Qué términos empleas para hablar de nuestro matrimonio?...
Nora.- (Sin inmutarse). Quiero decir que
pasé de manos de papá a las tuyas. Tú me formaste a tu gusto, y yo
participaba de él..., o así lo
fingía..., no lo sé exactamente..., creo que más bien las dos cosas. (... )
He vivido de hacer monerías para divertirte, TorvaIdo. Como tú querías. Tú y papá habéis cometido un gran
error conmigo: sois culpables de que no haya llegado a ser nunca nada.
Helmer.-
¡Qué injusta y desagradecida eres, Nora! ¿No has sido feliz aquí?
Nora.-
No, nunca. Creí serlo; pero no le he sido jamás.
Helmer.-
¿No..., que no has sido feliz?...
|
Nora. - No; solamente
estaba alegre; y eso es todo.
Eras tan bueno conmigo...
Pero nuestra casa no
ha sido más que un cuarto de jugar: He sido
muñeca grande aquí, como fui muñeca pequeña
en
casa de papá. Y, a su vez, los niños han
sido mis
muñecas. Me divertía que jugases conmigo,
como a
los niños verme jugar con ellos. listo es
lo que ha
sido nuestro matrimonio, Torvaldo.
Helmer. Hay algo de verdad en lo que dices...,
aunque es muy exagerado. Pero,
desde hoy, todo
cambiara; ya han pasado los tiempos de jugar,
y
ha
llegado la hora de la educación.
Nora.- ¿La educación de quién? ¿La mía o la de
los
niños?
Helmer.-
La tuya y
la de los niños, Nora.
Nora.- ¡Ay! Torvaldo, tú no
eres capaz de educarme, de hacer de mí la esposa que tú necesitas.
Helmer.- ¿Y eso me lo dices a
mí?
Nora.- ¿Y yo..., qué preparación tengo
para educar a los niños?
Helmer.-
¡Nora!
Nora.- ¿No has dicho tú
mismo, hace un
momento,
que es una misión que no te atreves a
confiarme?
Helmer.- Estaba exaltado... ¿Cómo puedes hacer caso de eso ?
Nora.- Y tenías toda la razón, Es una labor
superior a mis fuerzas. Hay otra de la que debo ocuparme antes. Tengo que
tratar de educarme a mí misma. Tú no eres capaz de
ayudarme en esta tarea. Para ello necesito estar sola. Y por esa razón voy a dejarte.
Helmer.- (Se levanta de un salto). ¿Qué dices? Nora.- Necesito estar
completamente sola para orientarme sobre mí misma y sobre lo que me rodea. No puedo quedarme contigo.
Helmer.-
¡Nora! ¡Nora!
Nora.- Quiero marcharme ahora
mismo. (...) Helmer.- ¿Has perdido el
juicio? ¡No te lo permito! ¡Te lo prohíbo!...
Nora. - Después de lo que ha pasado,
es inútil que me prohíbas nada. Me llevo todo lo mío. De ti no
quiero nada, ni
ahora ni nunca. (...).
Helmer.- ¡Abandonar tu hogar, tu marido, tus hijos!... ¿Y no piensas en lo que se dirá?
Nora. - No puedo pensar en esas
cosas. Sólo sé que es indispensable para mí
Henrik
Ibsen nació en Skien, Noruega, en 1828. Creció en
medio de una difícil situación económica y tuvo que trabajar
desde muy joven. Sus primeros pasos como escritor no fueron
muy afortunados; escribió teatro sin alcanzar mayor éxito, y
también publicó artículos y poemas en diferentes periódicos y
revistas de la época.
Diversas
circunstancias políticas lo llevaron a un exilio de 26
años, durante los cuales se dedicó a viajar por Europa. Fue
entonces cuando escribió la mayor parte de su obra literaria.
Los últimos años de su vida los pasó en Noruega. Para
entonces, ya era un escritor consagrado. Murió en 1906.
El
escritor noruego Henrik Ibsen es considerado el padre y maestro del drama realista. Su
teatro está más basado en ideas que en sentimientos y se destaca por su
acercamiento a la realidad.
Los
temas de Ibsen giran en torno a ciertas actitudes comunes en la burguesía: la
falta de honradez, la hipocresía, los problemas de dinero, las conveniencias
sociales. Ibsen intenta rescatar otros principios morales como la
sinceridad, los derechos individuales y la realización personal.
Puesto
que las obras de Ibsen reflejan con claridad la realidad, el sentido de sus
obras es plenamente dramático, es decir, no existe en ellas la tipificación
de los personajes ni un conflicto trascendental entre el individuo y el
mundo.
|
Ibsen
se interesa por temas que, a pesar del tiempo transcurrido, siguen
manteniendo enorme vigencia. Por ejemplo, Casa de muñecas, que es su
obra más famosa, plantea el problema de la condición de la mujer. Es la
historia de Nora, una joven que pasa de la protección de su padre a la
protección de un marido complaciente y paternalista. Debido a diversas
circunstancias, Nora se da cuenta de su limitada existencia y acaba
finalmente abandonándolo todo para encontrarse a sí misma.
Temas
como el idealista, el pacto de la mayoría, lo irremediable del pasado y la
natu- raleza de la vocación son comunes en su obra. Los temas de Ibsen se
desprenden de los conflictos
comunes al hombre moderno.
ANÁLISIS
1. Sobre la escena que has leído, responde:
• ¿De qué se queja Nora? ¿Cómo la trata su
marido? ¿Y cómo la trataba su padre?
• ¿Cómo ve Torvaldo a su mujer?
• ¿Cuál es el conflicto esencial de Nora?
• ¿Te parece que Torvaldo comprende el
problema de Nora?
2. Hemos visto que el teatro de Ibsen está
basado en ideas más que en acciones o sentimientos. ¿Cuál es la ¡dea o tema
central de esta obra?
3. Recuerda que Ibsen escribió esta obra a
fines del siglo pasado. ¿En qué sentido la obra resulta polémica?
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Y las respuestas de todos los analisis :( ?
ResponderEliminar