domingo, 5 de agosto de 2012

EL SIMBOLISMO



El Positivismo fue una corriente filosófica que confiaba en la experiencia racional y científica como el único método eficaz para analizar la realidad. Pero en los últimos años del siglo XIX, esta concepción del mundo entró en crisis. Ello se debió, por un lado, a los fracasos de la ciencia para explicar ciertos fenómenos físicos y naturales, y por otro lado, al desarrollo de la psicología, que puso en evidencia la importancia de otros aspectos de la naturaleza humana distintos de la razón, como, por ejemplo, la parte afectiva y los fenómenos del subconsciente.

La crisis del Positivismo se manifestó en el arte a través de diversos movimientos que rechazaron el Realismo y buscaron nuevas formas de expresión estética. El resultado fue una verdadera revolución que abarcó todas las artes y que se convirtió en la semilla del arte contemporáneo.



Lo más destacado de esta revolución fue la nueva actitud de los artistas
 ante la realidad. Ellos consideraron que la realidad no podía ser 
nombrada porque es cambiante, indefinible e inagotable; nombrarla 
sería limitar sus posibilidades y, por lo tanto, destruirla. En consecuencia,
lo que debía hacer el artista era sugerirla y evocarla, dejando abierta 
la mayor cantidad de posibilidades de interpretación. 



El Simbolismo fue una escuela poética que surgió en Francia a fines del siglo pasado.

Sus representantes se consideraban parte de una aristocracia espiritual, pues eran capaces de captar, a través de su arte, aspectos de la realidad que nadie más podía percibir. Para transmitir estas experiencias utilizaron la sugestión y la evocación, y crearon poemas llenos de magia y misterio.
  

LA POESÍA SIMBOLISTA



El Simbolismo se gestó en Francia entre 1870 y 1880. Surgió como una reacción contra el Realismo y el Naturalismo. Los poetas simbolistas rechazaron la per­cepción objetiva y racional de la realidad, propia del Realismo y del Naturalismo. En consecuencia, procuraban evocar en sus versos el mundo subjetivo y espiritual.

De esta manera, los poetas simbolistas se inscribieron en una corriente que era ene­miga de lo didáctico, de lo declamatorio, de la falsa sensibilidad y de la descripción objetiva. Por otra parte, para los simbolistas el escribir se constituye en un arte sub­jetivo que persigue, ante todo, la musicalidad, el ritmo y el poder de evocación de las palabras.

Las figuras más destacadas del Simbolismo fueron los poetas franceses Charles Baudelaire, Paul Verlaine, Arthur Rimbaud y StéphaneMallarmé.

Para los simbolistas, la poesía debía establecer las correspondencias o relacio­nes que existen entre el mundo sensible y el mundo espiritual. En este senti­do, el poeta es un visionario que percibe y comprende estas relaciones entre los dos mundos.
Estas correspondencias no pueden ser nombradas ni descritas. Sólo pueden ser cap­tadas mediante la intuición y, por eso, la única manera de transmitirlas es a través del poder evocador y mágico de las palabras.
Los rasgos más destacados de la poesía simbolista son:

La sensualidad. Los simbolistas dan un gran valor a las impresiones que se cap- tan a través de los sentidos. Estas impresiones evocan innumerables emociones. Por eso, los versos simbolistas están cargados de efectos de luz, color y de referencias a datos sensoriales, como en este fragmento de El durmiente del valle de Rimbaud:

Por el hondo verdor canta un dulce riachuelo que al azar va dejando en la hierba jirones de plata, donde el sol de la agreste montaña destella. Es un pequeño valle que espejea rayos.

La musicalidad. Los poetas simbolistas imprimen una gran musicalidad a sus ver­sos, pues consideran que la música es el arte que mejor evoca los distintos estados del alma.
El culto a la belleza. Los poetas simbolistas escribían con un fin exclusivamen­te estético. La poesía deja de considerarse como un vehículo para expresar inquie­tudes sociales y personales.

Esta actitud llevó a los simbolistas a crear la poesía pura. Este nuevo tipo de poe­sía no pretende una comprensión racional de parte del lector: no quiere narrar ni describir nada, ni tampoco transmitir una idea. Sólo busca reproducir en el lector el estado de ánimo con el que fue creada. La poesía pura nunca se refiere a hechos u objetos reales, sino que crea su propia realidad.
Por ejemplo, estos versos nos expresan una sensación de atmósfera leve y dulce:

Una frescura de crepúsculo te llega entre cada latido, cuyo golpe ahuyenta, cautivo, el horizonte suavemente.
S. Mallarmé


Con el Simbolismo, la lengua poética gozó de una gran libertad y vivió numerosas innovaciones:

  La metáfora y el símbolo se convirtieron en recursos importantísimos para expresar sensaciones o imágenes. Por eso, con frecuencia carecen de sentido lógi­co, como sucede en el siguiente ejemplo:
Mientras los fondos públicos se derrochan enfiestas de fraternidad, suena una campana de fuego rosa en las nubes.

A. Rimbaud

Otro recurso principal fue la sinestesia, un recurso estilístico que consiste en atri­buirle a un sentido la percepción de cualidades que se reciben por medio de otros sentidos, por ejemplo: luz suave, voz dulce, tibias sombras. A través de la sineste- sia los simbolistas buscaban establecer las relaciones simbólicas entre los colores, los olores y los sonidos.
  El gusto por la musicalidad trajo consigo innumerables innovaciones métricas y culminó en la versificación libre; es decir, la que no presenta rima ni métrica regu- lar. Así pues, el verso libre, en su forma más pura, representaba la libertad absolu­ta del creador del poema.

Los poetas malditos

La imagen característica del poeta simbolista era la del poeta maldito. 
Los simbolistas publicaban sus versos en una revista a la que le pusieron 
por nombre, justamente, Los poetas malditos.
Los poetas malditos buscaban la ruptura, no sólo con la tradición 
 burguesa, sino con toda la cultura europea. Sentían una especial 
atracción por lo misterioso y tene­broso, rendían culto al alcohol y 
actuaban de acuerdo con sus prin­cipios.


ANÁLISIS

1.   Responde sobre el contexto cultural del Simbolismo:
   ¿Qué cambios en la mentalidad de las personas se produjeron a fines del 
siglo pasado?
   ¿De qué manera afectó este cambio de mentalidad al arte de fines de siglo? 
¿Por qué se dice que hubo una revolución estética?
   ¿Qué nueva actitud de parte del público exige esta nueva estética?
1.   Compara el Realismo con el Simbolismo; luego establece diferencias
entre ambos movimientos.
         2.   Así como el Realismo se manifestó principalmente en la narrativa, el 
         Simbolismo fue un movimiento casi exclusivamente poético. Basándote 
         en las características de ambos movimientos, intenta explicar la razón de 
         este hecho.


3.   Identifica las afirmaciones verdaderas sobre el Simbolismo:
a) Para los poetas simbolistas, lo importante no es la realidad objetiva 
sino el mundo espiritual.
b) La poesía simbolista utiliza el lenguaje común para nombrar y describir
 lo que vemos.
c) La finalidad de la poesía simbolista es establecer las correspondencias 
entre el mundo sensible -que se puede percibir a través de los sentidos
 y el mundo espiritual.
d) Según los simbolistas, la única manera de conocer las correspondencias
 entre el mundo sensible y el mundo espiritual es a través de la inteligencia 
y el pensamiento racional.


4.   Encuentra en este poema las características del Simbolismo que hemos mencionado:

He visto el sol poniente, con místicos horrores,
Iluminar enormes cuajarones violetas,
Como en dramas antiguos movían los actores Temblores de postigos por las olas inquietas.
¡Soñé la noche verde con nieves deslumbrantes,
Que en los ojos del mar lentos besos levantan
Y  la circulación de savias fascinantes,
Y  el despertar dorado de fósforos que cantan!



AUTORES Y OBRAS DEL SIMBOLISMO


Correspondencias

Naturaleza es templo donde vivos pilares dejan salir a veces tal cual palabra oscura; entre bosques de símbolos va el hombre a la ventura,
que lo contemplan con miradas familiares.

Como ecos prolongados, desde lejos fundidos en una tenebrosa y profunda unidad, vasta como la noche y cual la claridad, se responden perfumes, colores y sonidos.


Así hay perfumes frescos como carnes de infantes, verdes como praderas, dulces como el oboe, y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes,


de una expansión de cosas infinitas henchidos, como el almizcle, el ámbar, el incienso, el aloe, que cantan los transportes del alma y los sentidos.








Perfume exótico

Si, cerrados los ojos, en la tarde otoñal,
respiro de tu seno el olor caluroso,
veo desarrollarse un litoral dichoso,
que deslumbran los fuegos de un sol por siempre
igual.

Una isla perezosa donde da la natura árboles singulares y de fruto sabroso; hombres que tienen cuerpo delgado y vigoroso, y mujeres con ojos que asombran de dulzura.


Por tu olor hacia climas hechiceros guiado, veo un puerto donde hay velas y arboladuras, que aún de las marinas olas no han descansado;


mientras del tamarindo los perfumes ligeros que mi nariz dilatan y en el aire perduran, mézclanse en mi alma a una canción de marineros.



El alma del vino




Cantó una noche el alma del vino en las botellas: “Hombre, elevo hacia ti, caro desheredado, desde mi cárcel vitrea y mis lacres bermejos,
¡un canto de luz y de fraternidad colmado! (...)

Pues disfruto una dicha inmensa cuando caigo en el garguero de alguien gastado por sus bregas, y su pecho caliente es una dulce tumba que me complace más que mis frías bodegas.

¿Escuchas resonar los cantos del domingo, y gorjear la esperanza en mi seno violento? De codos en la mesa, alzándote las mangas, me glorificarás y quedarás contento:

Yo encenderé los ojos a tu mujer dichosa, devolveré a tu hijo su fuerza y sus colores, seré para ese frágil atleta de la vida el aceite que pule brazos de luchadores.


Y           he de caer en ti, vegetal ambrosía, precioso grano del terreno Sembrador, porque de nuestro amor nazca la Poesía que subirá hacia Dios como una rara flor".





La destrucción

El Demonio a mi lado se agita sin cesar... Nada en torno de mí como un aire impalpable; yo lo trago y lo siento mis pulmones quemar,de un deseo llenándolos infinito y culpable.

Sabiendo que amo al Arte más que a nada en elmundo,
toma a veces la forma de atractiva mujer, y bajo de especiosos pretextos, quiere hacer que acostumbre mis labios a todo filtro inmundo.






 Y así de la mirada de Dios me lleva lejos, jadeante y de fatiga quebrado, a los reflejos de las hondas llanuras del Hastío, desiertas...


Y         arroja ante mis ojos, llenos de confusión, vestiduras manchadas, heridas entreabiertas, ¡y el sangriento aparato de la Destrucción!

              
  Charles Baudelaire























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